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Articles by Tim Gustafson

El significado de la mirra

Hoy es el Día de Reyes (llamado también Epifanía), que conmemora la visita descrita en el villancico Del Oriente somos, cuando los sabios visitaron al niño Jesús. En realidad, no eran reyes, tampoco del Lejano Oriente, y es probable que tampoco fueran tres.

El Sol de justicia

La primera novela extensa de Ernest Hemingway, Fiesta, donde relata la historia de unos amigos infelices que llevan cicatrices, tanto literales como figuradas, de la Primera Guerra Mundial, refleja claramente las páginas del libro de Eclesiastés. Allí, el rey Salomón se refiere a sí mismo como «el Predicador» (v. 1), y tras señalar que «todo es vanidad» (v. 2), se pregunta: «Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo?» (v. 3). Ve que el sol sale y se pone, que el viento sopla de un lado a otro, que los ríos van al mar y este nunca se satisface (vv. 5-7); y que, en definitiva, todo se olvida (v. 11).

Rendirse a Jesús

En 1951, el médico de José Stalin le aconsejó que redujera su carga laboral para preservar su salud. El gobernador de la Unión Soviética acusó al médico de ser espía y lo hizo arrestar. El tirano que había oprimido a tantos con mentiras no podía aceptar la verdad. Igualmente, la verdad triunfó. Stalin murió en 1953.

Botas de la suerte

Demasiado tarde… Tomás sintió el escalofriante «clic» debajo de sus botas de combate. Instintivamente, dio un salto. El mortal artefacto no detonó. Más tarde, el equipo antiexplosivos desenterró del lugar unos 36 kilos de explosivo. Tomás usó esas botas hasta que se rompieron. Las llama «mis botas de la suerte».

Vale la pena seguir a Jesús

Ronit venía de una familia religiosa pero no cristiana. Sus debates sobre asuntos espirituales eran fríos y académicos. «Yo seguía rezando todos los rezos —dijo ella—, pero no oía respuestas [de Dios]».

¿Quién soy?

Kizombo miraba la fogata, mientras pensaba en grandes preguntas de su vida: ¿Qué he logrado? La respuesta llegó rápidamente: No mucho. De vuelta en su tierra natal, servía en la escuela que su padre había fundado en la selva. También estaba intentando escribir la potente historia de su padre, que había sobrevivido dos guerras civiles: ¿Quién soy yo para hacer todo esto?

Todas las respuestas

Dale Earnhardt Jr. describe el terrible momento en que dio cuenta de que su padre se había ido. El legendario corredor de autos acababa de morir en un horroroso accidente al final de las 500 millas de Daytona, en la que ambos habían participado. «Allí está ese ruido que sale de mí que no puedo recrear —dijo el joven Earnhardt—. Ese bramido de conmoción y tristeza… y de miedo». Y luego, la solitaria verdad: «Voy a tener que seguir con esto solo. Tener a papá era como tener apuntes de repaso y saber todas las respuestas».

El mensaje de los profetas

Antes del campeonato mundial de béisbol en 1906, el periodista deportivo Hugh Fullerton hizo una astuta predicción: los Chicago Cubs, que supuestamente ganarían, perderían el primer y tercer partido, y ganarían el segundo. Ah, y que en el cuarto, llovería. Y acertó todo. Luego, en 1919, su talento analítico le mostró que ciertos jugadores estaban perdiendo partidos intencionalmente. Sospechaba que habían sido sobornados por apostadores. La opinión pública lo ridiculizó. Pero de nuevo, tuvo razón.

Perder todo

El momento no podría haber sido peor. Después de hacer una pequeña fortuna dirigiendo obras de puentes, monumentos y edificios grandes, César aspiraba a un nuevo emprendimiento. Entonces, vendió su empresa y colocó el dinero en el banco, planeando invertirlo pronto. Durante ese breve lapso, su gobierno se apoderó de todas la cuentas bancarias privadas, y en un instante, todos sus ahorros se evaporaron.

Testigos

En su poema The Witnesses [Los testigos], Henry Wadsworth Longfellow describió un barco de esclavos hundido. Al mencionar «esqueletos encadenados», se lamenta de las incontables víctimas anónimas de la esclavitud. La última estrofa dice: «Este es el infortunio de los Esclavos, / que miran con furor desde el abismo, / clamando desde sepulcros desconocidos; / ¡Nosotros somos los Testigos!» (trad. libre).